X.X.X.en 'Cuentos de caza que parecen verdades… Para contar en el tren, camino del cazadero, hecho aldeano del Pirineo '

Cuentos de caza que parecen verdades –

Excelsior, 1929ko abuztuak 25

 

Euskal Herriko lehen kirol aldizkarian, EAJren eskutik gerra aurretik kaleratzen zuen Excelsiorren  argitaratu zen hurrengoa.

 

Trenean, Bilbotik Donostiarako bidaian, eta bertan zihoazenen gozamenerako, bertso saioa eskaintzen dute bi bertsolarik. Tartean ehizako istorio bana kontatzen dute bertsotan, zein baino zein harrigarriagoa. Lehenengoan, Nafarroako Pirinio inguruetan, bere atzapar luzeak txapa bati iltzatuta harrapatu zuen artza artzain batek; bigarrenean, basurde bat tiroka ehizatu eta bigarren bat ere, itsua zenez honi buztanetik helduta zihoana, eraman ahal izan zuen mahaira ehiztariak Aizkorrin.

“Iniciaron su disputa como se inicia siempre entre los que llevan en sus venas la sangre de la raza, cantando en versos sus cantos más conocidos, poesias delicadas, escogidas entre lo mejor de nuestro folklore y terminando por dedicarse estrofas de su propia cosecha; eran dos versolaris de verdadera enjundia, y cuando terminaron de decirse cuanto su ironía aldeana les trajo a su imaginación, buscaron el tema, siempre de actualidad de los cazadores, disputandose cada cual el record del ‘colmo’ del cazador…

(…) – ¡Ederki ziot-polita da ipuiñ ori! (¡Está muy bien!) Es muy bonito el cuento ese, dijole el más anciano al joven versolari que tan amena disertación hizo del cuento del oso y del pastorcillo; pues yo también conozco otro muy interesante que me sucedió en las estribaciones del Aizkorri.

(…) cual no sería mi sorpresa al ver que lo que pendía de su boca era nada menos que el trozo del rabo del otro jabalí, que por ser ciego el que venía con él, lo traía conducido con el rabo en su busca… y que yo corté con mi disparo certero.

El jabalí fué conducido por mí, agarrado por el trozo que tenía en su boca, a lugar conveniente, donde mis compañeros celebraron el caso entre estrepitosas carcajadas.

Viejo versolari y joven diéronse la mano, y todos los del coche celebramos también las ingeniosas ocurrencias narradas en su lengua, en nuestro euzkera, con su especial gracejo (…)” 

Cuentos de caza que parecen verdades