[PERLAK] Perla solteak: Rekondo, toreatzaile bertsolaria (1958)
toreatzaile bertsolaria –
Gutxien espero daitekeen testuak eskaini ahal digu bertsolariren bati buruzko arrastoren bat.
ABC madrildarraren zezenketa kroniketan, esaterako, topatu ahal izan da perla solte horietako bat. Antonio Díaz-Cabañetek 1958an sinatutako bi testutan Jose Mari Recondo Rementeria toreatzaile donostiarraren bi zezenketa kontatzen dira, eta bietan Recondo bertsotan bat-batean ongi moldatzen zela azpimarratzen da.
Deigarria da zezenketa kroniken jargoiari berezkoak zaizkion molinete, descabello, naturales regulares, manoletinas eta gisakoak versolari edo zorcico modukoekin ezkontzea, edo egileak euskaraz ez jakitearen pena aitortu eta Iparragirre aipatzea.
Bestalde, aitortu beharra dago kronikariak baduela nahikoa ‘arte’ eskatu dioten espazioa edozein konturekin betetzeko. Harribitxiak ez dakigu, baina bitxiak behintzat badira bi testuak.
Sexta Corrida/Tarde tristona, Antonio Díaz-Cabañete, ABC, 1958ko abuztuaren 17an.
El sol no se ha dignado a asomarse a San Sebastián. Mucha y no muy buena literatura se ha hecho en torno de los toros y el sol. Indudablemente, los rayos solares son indispensables en una corrida (…) me parece que ni “Chicuelo” ni Antonio Bienvenida hubieran modificado su trabajo envueltos en dorados destellos (…) Ir a los toros con gabardina y con paraguas una tarde de verano es de las cosas más molestas que hay. ¿Qué hace uno con el paraguas? ¿Dónde lo coloca? Es como un pasmarote que nos incordia sin parar. La gabardina podemos utilizarla de almohadilla, pero ¿y si se arruga demasiado? Y algunos la tienen sobre las piernas y es como si estuvieran sudando un catarro (…) Las personas que van a los toros con paraguas y gabardina están de mal humor. En cuanto se escurre un torero y le están chillando (…) El toro cumplía con su deber. El torero con el suyo. Al toro no le digo nada, pero al torero me veo en la necesidad de decirle que torear no es dar unos capotazos para salir del paso, que torear es un arte. Y Antonio Bienvenida puede contestarme: “De acuerdo, pero no olvide que el arte necesita de la inspiración, y yo, con esta tarde tan tristona, no me siento inspirado. Más lo lamento yo”. (…) Antonio Bienvenida es un torero muy fino. Su finura pudo apreciarse en sus dos faenas. En ninguna hizo una cosa fea. En ninguna se descompuso. En ninguna se arrimó al toro (…) Me permito rogarle, padrecito Febo, que cuando toree Antonio Bienvenida vaya usted a verle, a ver si consiste en eso su apatía.
En cambio, a José María Recondo le tuvo sin cuidado que anduviera usted oculto por las nubes. Dos orejas cortó. Una a cada uno de sus toros. Estuvo tan decidido como en la corrida anterior, pero mucho más reposado. Le tocó un toro noble, suave y bravo, y Recondo lo aprovechó a su modo. Recondo es un torero modesto, que torea poco. No vamos, pues, a exigirle exquisiteces. Puso a contribución su valor y su voluntad, y a ese gran toro, al segundo, le sacó algunos lances con el capote, algunos pases con la derecha bastante compuestitos. Sus paisanos le alentaban y Recondo se crecía y prodigó vueltas y molinetes que no fueron peores que los que ejecutan con la misma abundancia matadores de tronío (…) Al segundo le propinó media estocada y un descabello. En el quinto, Recondo volvió a tirar de vueltas, de pases de espalda, de manoletinas, entre el entusiasmo general. Un pinchazo y media estocada. ¡Pues no hemos salido mal de la Semana Grande, eh, señor Recondo! (…)
Me dicen que es usted un buen ‘versolari’ que improvisa versos en su nativo idioma vasco con gran facilidad y galanura. Dedique una poesía a D. Salvador Guardiola, que le envió a usted un gran toro con el que usted, ‘versolari’ y torero, construyó un poemita, si falto de cualidades artísticas, sobrado de emoción humana, de la humana emoción de un hombre que se juega la piel con buen talante y ánimo esforzado.
Media Corrida muy ‘apañada’, Antonio Díaz-Cabañete, ABC, 1958ko irailaren 9an.
Buen tiempo de toros los finales del verano, cuando el sol ya va para abajo y los días son más cortos y las corridas empiezan más temprano! Porque lo bueno es irse desde la sobremesa a la plaza, con el cigarro puro mediado y el ánimo aún eufórico por las calorías alimenticias (…)
José Maria Recondo ha refrendado en Madrid sus grandes éxitos en dos corridas de la semana grande de San Sebastián. El bravo versolari cortó la oreja del tercero y la cortó muy a ley por una faena breve y valerosa, compuesta de dos naturales regulares, dos francamente superiores, dos buenos con la derecha, más otra tanda con la izquierda en la que predominaros los ejecutados con mando y suavidad, quizá con el defecto de la mano demasiado alta. Finalizó la faena con unas vueltas de rodilla en tierra que le resultaron que ni pintadas. ¡Hasta a mí me gustaron! No les digo a ustedes más. Y Recondo entró a matar con fe y el toro murió de una estocada. ¡Cuánto siento no saber vascuence para dedicarle a Recondo un párrafo en la lengua de su gran colega Iparraguirre, el de los zorcicos inmortales!
(…) de pronto, Pedrosa arma la muleta para las manoletinas. Un ¡ah! Prolongado de desilusión se extendió por los tendidos. “¡A torear! ¡A torear!”, clamaban claras voces. ¡Oh, sí, machaquemos, machaquemos, que el público no es de hierro, que es de pasta flora y lo que necesita es orientación! Pedrosa no abandonó su propósito y dio dos manoletinas, y luego cortó una carrera del toro con un magnifico ayudado por bajo. ¡Ahí, ahí está la verdad! Mató de una estocada, un pinchazo y dos descabellos, oyendo una ovación (…)